EL ALCORNOQUE RECUPERA
SU SITIO EN El BIERZO
La gran variedad de formaciones vegetales con la que cuenta la comarca
del Bierzo, no es consecuencia únicamente de una fisiografía variada a caballo
entre dos zonas climáticas, mediterránea y atlántica, sino también de la
intensa transformación del paisaje vegetal que ha ejercido el hombre a lo largo
de varios milenios, con especial intensidad en los últimos siglos.
Dentro de esta variedad de masas forestales destacan por su extensión
los rebollares, castañares y pinares de repoblación, apareciendo en zonas más
térmicas, fundamentalmente laderas de solana, encinares y alcornocales. Los alcornocales en el Bierzo ocupan actualmente
pequeñas manchas diseminadas entre sotos de castaño que denotan una extensión
mayor en épocas pasadas. La mano del hombre, favoreciendo el cultivo del castaño,
base alimenticia de la comarca durante siglos, ha perjudicado tradicionalmente
al alcornoque, del que sólo se obtenía el material para las colmenas y los
tapones de sus vasijas.
La adaptación que la especie presenta a los
incendios forestales (su corteza corchosa le sirve de aislante), ha permitido
que aún encontremos masas de relativa extensión superficial en la comarca,
destacando el alcornocal de Cabañas Raras. Por lo general se trata de masas de
menor extensión, algunas de ellas con
ejemplares de avanzada edad y gran envergadura como es el caso de los
existentes en Puente de Rey o en las inmediaciones del Lago de Carucedo, así
como los alcornocales existentes en la vertiente sur de los Montes Aquilanos.
El cambio en el uso del
suelo, unido a una menor incidencia de los incendios en los últimos años, esta
posibilitando la recuperación y extensión de estas formaciones vegetales de
importante valor ecológico y cultural, siendo el alcornocal de Cobrana-San
Román de Bembibre un claro ejemplo de esta recuperación.
Alcornoque Monumental en Carucedo. Foto Alfonso Fernández-Manso. Unileón |
Importancia económica
España con alrededor de
medio millón de hectáreas es, tras
Portugal, el segundo país con mayor superficie de alcornocal del mundo. Las
mayores extensiones se localizan en Extremadura, Andalucía Occidental y Gerona.
En Castilla y León no es una especie muy abundante, apareciendo las masas de
mayor extensión en las provincias de Salamanca y Zamora, donde se viene
utilizando en las nuevas repoblaciones forestales
La importancia económica
de esta especie radica en su corteza, el corcho, producto insustituible en la
industria vitivinícola para los vinos de calidad. El primer corcho que se
extrae del alcornoque, denominado bornizo, es de peor calidad y junto con los
desechos procedentes de la industria taponera, son utilizados a través de su
molido por la industria de aglomerado para otros usos, aislantes, elementos
decorativos, tapones de inferior calidad, ...
El corcho se separa del
árbol con una periodicidad de entre 9 y 12 años, resultando un trabajo
eminentemente manual, realizado con hacha, siendo necesario personal
especializado para evitar dañar la capa madre de árbol por donde corre la savia
y a partir de la cual se regenera el corcho. Las industrias transformadoras,
localizadas fundamentalmente en Extremadura, tienen sus propias cuadrillas de
corcheros que se desplazan durante el verano a los alcornocales para realizar
el descorche. Las panas, denominación que reciben las planchas de corcho
extraídas del árbol, deben ser cocidas previamente a su utilización en la industria
taponera.
El corcho no es el único
aprovechamiento económico del alcornoque. Las leñas procedentes de las podas,
operación necesaria para aumentar la
producción de corcho y bellota del árbol, han sido utilizadas, directamente o a
través de su transformación en carbón vegetal, como combustible para las
calefacciones.
Por otro lado, miles de
cerdos ibéricos son alimentados anualmente en los alcornocales adehesados de
Extremadura y Andalucía. La bellota resulta más amarga que la de la encina pero
con una producción más dilatada en el tiempo, presentando en algunos casos tres
cosechas entre septiembre y enero, concentrándose la mayor producción durante
el mes de noviembre. Los alcornocales con estructura más espesa e invadidos de
matorral, como ocurre en el Bierzo, representan un refugio importante para la
fauna cinegética siendo la bellota aprovechada por las poblaciones de jabalí.
Alcornocal de Cobrana-San Roman de Bembibre. Foto Alfonso Fernández-Manso. Unileón |
Gran valor ecológico y
cultural
A pesar de que los
alcornocales bercianos son periódicamente descorchados, la pequeña extensión de
las masas y una estructura selvícola que no favorece la producción de corcho,
no permite en la actualidad hablar de una producción importante en términos
económicos. Su importancia radica en sus valores ecológicos y culturales.
Se trata de una especie
típicamente mediterránea muy abundante en el suroeste de la Península Ibérica.
En la cuenca del Sil aprovecha la influencia atlántica que suaviza las
temperaturas invernales para expandir su área hacia el interior, resultando el
alcornocal de Cobrana-San Román de Bembibre su localización más oriental. La
gran importancia ecológica de los alcornocales del Bierzo radica en su
situación marginal respecto al área de distribución general de la especie.
La importancia cultural de
los alcornocales bercianos radica en su relación con el origen de la industria
taponera. Desde la época del imperio romano el corcho ha sido utilizado como
tapón de recipientes de líquidos, siendo Don Perignom en el Siglo XVII el que
extendió su uso a la industria vitivinícola tras observar a los peregrinos
tapar sus calabazas con este material, procedente posiblemente de alcornoques
del Bierzo, única zona del Camino de Santiago donde abunda esta especie.
Alcornocal de
Cobrana-San Román de Bembibre
Desde el grupo de
investigación de Ingeniería y Planificación Rural de la Universidad de León, en
colaboración con la Escuela de Formación Agraria de Almázcara, se ha venido
realizando en los últimos años una serie de estudios y trabajos sobre el
alcornocal de Cobrana-San Román de Bembibre. El objetivo fundamental de los
mismos es caracterizar desde el punto de vista ecológico y selvícola dicho
alcornocal, para posteriormente definir las líneas de actuación que posibiliten
un correcto aprovechamiento compatible con la conservación y mejora del mismo.
La realización de un
inventario cualitativo y cuantitativo permitió diferenciar varias zonas dentro
del alcornocal con estructuras de masa y estados de degradación diferentes. Por
un lado aparecen pequeñas manchas asociadas a vaguadas que han quedado libres
del paso del fuego y presentan una estructura típica de monte mediterráneo con
un importante variedad de especies, madroños, espinos, acebos, ....; otra zona
con alcornoques adultos con signos evidentes de paso del fuego y un estado de degradación
avanzado con matorral a base de urces y carqueixas; y por último se diferencia
una amplia zona de expansión del alcornocal con arbolado disperso y una
abundante regeneración entre el matorral de escobas, sumando en total una
superficie superior a las 80 has.
Alcornocal de Cobrana-San Roman de Bembibre. Figura: Alfonso Fernández-Manso. Unileón |
Los estudios realizados,
así como el análisis de los tratamientos selvícolas efectuados en años
anteriores en el alcornocal por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de
Castilla y León, han permitido identificar zonas de expansión de la especie y
determinar las características y localización de las actuaciones selvícolas
futuras.
Los tratamientos
selvícolas que se vienen realizando, algunos de ellos ejecutados materialmente
por los alumnos de la Escuela de Formación Agraria de Almázcara, pretenden
minimizar el riesgo de incendios y ayudar a la regeneración natural de la masa,
tratándose fundamentalmente de desbroces, resalveos y podas sobre el arbolado.
Otro de los objetivos
prioritarios debe ser el dar a conocer los valores ecológicos y culturales que
presentan esta masa forestal, de manera que se sume como un recurso más a una
comarca rica de por si en atractivos turísticos, aportando un granito de arena
a la dinamización y desarrollo rural de la zona. La señalización de varias rutas
de senderismo es una de las propuestas concretas que se plantean en esta línea
Finalmente señalar que la
situación actual del alcornocal de Cobrana-San Román de Bembibre nos permite
ser optimistas en cuanto al futuro de los alcornocales en el Bierzo, sin olvidar
que se tratan de ecosistemas relativamente frágiles que requieren una gestión
forestal que asegure su conservación y mejora.
Alfonso Sarmiento Maillo y Alfonso Fernández Manso
IPR-Grupo de Investigación en Ingeniería y Planificación Rural. Universidad de León. Campus de Ponferrada. 2005
Casi la mitad de los alcornoques de El Bierzo y La Cabrera están en situación de abandono
Un estudio científico destaca la "importancia ecológica" de esta especie en la provincia de León
Según explicó a DiCYT el responsable de la investigación, Alfonso Fernández Manso, del Departamento de Ingeniería y Ciencias Agrarias, "el objetivo era evaluar la presencia del alcornoque, porque tiene una importancia ecológica y cultural en las comarcas de El Bierzo y La Cabrera". Los alcornocales son árboles habituales del bosque mediterráneo y ocupan toda la Península Ibérica excepto en la vertiente cantábrica, donde escasean. Los alcornocales leoneses dan continuidad a los de las provincias de Orense y aprovechan la influencia mediterránea de los ríos Sil y Cabrera que suaviza las temperaturas invernales para expandirse por esta zona de la provincia de León. Por este motivo, el trabajo de los expertos, presentado en el último Congreso Forestal Español, determina la idoneidad de las dos comarcas para albergar masas de alcornoque (Quercus suber).
El trabajo determinó que el alcornoque está presente en 40 localidades de la provincia de León, en un total de 55 rodales. Los científicos inventariaron un total de 55 rodales. Como metodología, primero utilizaron los datos proporcionados por el Mapa Forestal de España del Tercer Inventario Nacional Forestal, después realiaron entrevistas y recogieron testimonios locales en las poblaciones indicadas en este informe, perimetraron los rodales utilizando GPS. El resultado fue una cartografía del entorno con una escala de 1:10.000. Con la información obtenida, después de digitalizarla y codificarla, finalmente, elaboraron un Sistema de Información Geográfica.
Seis municipios acogen el 69% por ciento de los alcornocales
La distribución pudo mostrar que las masas de alcornocales son de pequeñas dimensiones y se encuentran muy dispersas por El Bierzo y La Cabrera. La superficie medida de los rodales inventariados es de 49 hectáreas. Las 1.945 hectáreas de alcornoques se distribuyen en 19 municipios, pero sólamente seis acogen el 69% de los alcornocales. Se trata de Congosto, Carucedo, Benuza, Molinaseca, Cabañas Raras y Corullón. Los científicos han podido determinar tres zonas específicas en las que está presente el alcornoque, una en los bordes de la hoya de El Bierzo, otra en La Cabrera y otra en los alrededores del lago de Carucedo. Un estudio toponímico de las localidades del entorno (existen 32 términos relacionados con el vocablo latino suber) determina, además, que la distribución alcanzó mayores cotas en el pasado.
Los alcornoques leoneses aparecen mezclados con otras especies, tanto árboles como matorrales. En cuanto a árboles, su principal acompañante es la encina (Quercus ilex), el rebollo (Quercus pyrenaica), y el madroño (Arbutus anedo). En cuanto a los matorrales, son las jaras (Cistus ladanifer), las que mayoritariamente comparten el mismo espacio con la especie en estudio. De media, los alcornoques estudiados alcanzan los 7'5 metros y su rango oscina entre 5 y 11 metros. El diámetro medio es de 33 centímetros.
Los investigadores concluyen en su informe que es necesaria "una correcta planificación de tratamientos selvícolas sobre los alcornocales" para favorecer una expansión superficial de la especie y fomentar su regeneración natural. Un total de 945 de las casi 2.000 hectáreas se encuentran en situación de abandono, frente a las 743 hectáreas donde se realizan tareas de recolección de corcho, por lo que los expertos consideran que existe riesgo de regresión de la especie en el 65% de la superficie que ocupa actualmente "en un plazo de 10 a 15 años", presica Fernández Manso. Además, el estudio considera fundamental "que el aprovechamiento suberícola se realice bajo unas premisas técnicas y científicas adecuadas".